Una red de proxenetas en Bolivia obligaba a jóvenes entre los 13 y 17 años a prostituirse. 17 de ellas fueron contagiadas con el virus del sida. Aunque la red fue desmantelada, el problema se extiende por todo el continente.
Un aberrante caso en una remota región de Bolivia, en donde 17 jóvenes explotadas por una red de trata de personas resultaron infectadas con el virus del sida, prendió las alarmas en el país andino. Este tipo de organizaciones se expanden de manera preocupante por la región.
La red que estaba liderada por una joven de 25 años, esposa de un lustrabotas y a la cual pertenecían tres individuos más, reclutaba a niñas de entre 13 y 17 años de edad. Las jóvenes fueron prostituidas y contagiadas con el virus del sida, aparentemente sin que estas tuvieran conocimiento de su condición, lo que las convertía en un riesgo para ellas y otras personas.
Además, tres de ellas resultaron embarazadas y su incertidumbre creció por la salud de sus bebés. Sin embargo, afortunadamente dieron a luz y ninguno de los niños es portador del virus.
Esta desgarradora historia ocurrió en El Alto, una ciudad situada al oeste de Bolivia y que hace parte del área metropolitana de La Paz.
En diálogo con EL COLOMBIANO, el responsable de la División de Trata y Tráfico de Personas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), Wálter Sossa, explicó que las menores eran ofrecidas y obligadas a mantener relaciones sexuales en tres moteles distintos de la localidad.
Agregó que involucraban también a niños de no más de diez años para que se encargaran de ofrecer los servicios de las jóvenes en las calles, tanto a los turistas como a los habitantes.
Esta semana la red fue desmantelada gracias a un seguimiento del caso y las jóvenes fueron rescatadas por la Policía e internadas en una institución donde reciben apoyo y tratamiento.
La trata de personas no es un problema exclusivamente boliviano: el año pasado se conoció un caso similar en la frontera entre Colombia y Ecuador, donde alrededor de cinco mil mujeres eran víctimas de este flagelo. Por eso el reto para las autoridades del continente es acabar con este negocio que es un mal en continuo crecimiento.
Un aberrante caso en una remota región de Bolivia, en donde 17 jóvenes explotadas por una red de trata de personas resultaron infectadas con el virus del sida, prendió las alarmas en el país andino. Este tipo de organizaciones se expanden de manera preocupante por la región.
La red que estaba liderada por una joven de 25 años, esposa de un lustrabotas y a la cual pertenecían tres individuos más, reclutaba a niñas de entre 13 y 17 años de edad. Las jóvenes fueron prostituidas y contagiadas con el virus del sida, aparentemente sin que estas tuvieran conocimiento de su condición, lo que las convertía en un riesgo para ellas y otras personas.
Además, tres de ellas resultaron embarazadas y su incertidumbre creció por la salud de sus bebés. Sin embargo, afortunadamente dieron a luz y ninguno de los niños es portador del virus.
Esta desgarradora historia ocurrió en El Alto, una ciudad situada al oeste de Bolivia y que hace parte del área metropolitana de La Paz.
En diálogo con EL COLOMBIANO, el responsable de la División de Trata y Tráfico de Personas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), Wálter Sossa, explicó que las menores eran ofrecidas y obligadas a mantener relaciones sexuales en tres moteles distintos de la localidad.
Agregó que involucraban también a niños de no más de diez años para que se encargaran de ofrecer los servicios de las jóvenes en las calles, tanto a los turistas como a los habitantes.
Esta semana la red fue desmantelada gracias a un seguimiento del caso y las jóvenes fueron rescatadas por la Policía e internadas en una institución donde reciben apoyo y tratamiento.
La trata de personas no es un problema exclusivamente boliviano: el año pasado se conoció un caso similar en la frontera entre Colombia y Ecuador, donde alrededor de cinco mil mujeres eran víctimas de este flagelo. Por eso el reto para las autoridades del continente es acabar con este negocio que es un mal en continuo crecimiento.
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