El mito de que el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) era una enfermedad que afectaba sólo a quienes ejercen la prostitución o a las personas homosexuales, quedó obsoleto hace ya varias décadas.
Por: Santiago H. Rodríguez
UANL
México ocupa el tercer lugar en el número de casos reportados por infecciones de Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) a nivel América Latina y en Nuevo León es la octava causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años.
“El VIH/SIDA es uno de los principales problemas de salud entre los jóvenes y el pronóstico en los países en desarrollo no es favorable por la falta de recursos para enfrentar esta fatal enfermedad”, sentenció la Dra. Benavides, quien es líder de la línea de VIH/SIDA en la Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y quien ha trabajado con sectores de la población que tienen mayor riesgo de contraer esta enfermedad.
Los datos más resientes que proporcionó el Centro para la Prevención y Control del VIH/SIDA, CENSIDA, llegan a la conclusión de que la población afectada es cada vez de menor edad, debido al inicio prematuro de la vida sexual del adolescente, las relaciones sexuales sin protección y con múltiples parejas.
“Es muy difícil tratar de proteger o darle las herramientas para que el adolescente se proteja, el riesgo lo tienen todos pero el adolescente es uno de los más vulnerable al igual que las amas de casa o los inmigrantes”.
“Hay que promover en los adolescentes la sexualidad responsable para que continúen con conductas sexuales saludables en su vida adulta”, explicó la Dra. Benavides.
El programa que actualmente se implementa surgió como una oportunidad de colaboración con la Dra. Antonia Villarruel de la Universidad de Michigan, con quien se diseñó un programa que se titula “Take Care”, (Cuídate).
En un principio, el programa se desarrolló enfocado en adolescentes afroamericanos y latinos de Estados Unidos. Posteriormente, se implementó en las preparatorias de la UANL en México y actualmente la Dra. Benavides está trabajando en su adaptación para comunidades urbano-marginadas y así hacer la trasferencia del programa a la comunidad en general.
Para probar la efectividad del proyecto se seleccionaron a cuatro preparatorias pertenecientes a la Universidad, de donde se tomó una muestra aleatoria de estudiantes, tomando en cuenta que todos os jóvenes son vulnerables. Posteriormente se realizó una rigurosa investigación, para probar la factibilidad del programa en la población.
A diferencia del proyecto de Estados Unidos, en México se incluyó la variable de los padres, impulsando su integración en el proyecto ya que se ha demostrado la eficacia de la comunicación padres-hijos como factor de protección y concientización de los adolescentes. Los resultados de este proyecto se reflejaron en mayores intenciones de utilizar el condón y la abstinencia.
En un esfuerzo por transferir los beneficios de este proyecto a la comunidad, la Dra. Benavides obtuvo financiamiento del CENSIDA para capacitar a facilitadores comunitarios de más de 50 centros de salud de Monterrey y su área metropolitana.
Fue así como se realizó un programa de capacitación sistemático para implementar el programa con jóvenes en situación de la calle, es decir que pasan un tiempo muy extenso fuera de sus casas y con alto riesgo de involucrarse en conductas de riesgo para contraer la enfermedad.
Una vez capacitados los facilitadores comunitarios se realizó un monitoreo de la implementación y se les dotó con todos los materiales, para que el programa pudiera seguir adelante sin la supervisión de los especialistas universitarios, lo cual se ha vuelto una constante en la implantación de “Cuídate”.
En base a la experiencia previa, en la actualidad se está llevando a cabo un proyecto enfocado en jóvenes de las zonas urbano-marginadas de la ciudad de Monterrey y su área metropolitana, donde además de los jóvenes participan los padres recibiendo un currículo para promover la comunicación sexual entre padres e hijos.
“Todo el trabajo que realiza este cuerpo de estudio está encaminado a transferir el conocimiento y el beneficio de ‘Cuidate’ a la comunidad”, afirmó la Dra Benavides.
El impacto social, cultural y económico del proyecto es grande, ya que al comenzar la investigación se llegó a la conclusión de que un sector de la población que se creía saludable, como lo eran los adolescentes y jóvenes, se encontraban bajo riesgo inminente.
Es por eso que en “Cuídate” con la ayuda de los padres, se busca promover el uso del condón, así como la práctica de la abstinencia y si el adolescente decide comenzar una vida sexual, se le concientiza sobre el tener solamente una pareja sexual, así como darle a conocer las situaciones a las que se verían expuestos si llegaran a ser contagiados, todo con un lenguaje acorde a sus edades.
En relación a la promoción del uso del preservativo la doctora Benavides comentó lo siguiente, “Utilizar el condón no es simplemente utilizarlo y ya, implica varias cosas, como la auto-eficacia para su uso y las capacidades de negociación para utilizarlo con la pareja”.
Y aunque se tiene la idea de que sólo el sexo masculino tiene que ver con esto (el uso del condón), también se busca concienciar sobre el papel activo de la mujer dentro de la vida sexual.
Una de las finalidades de la línea de VIH/SIDA de la Dra. Benavides es que los beneficios de este programa se extiendan a través de su implementación permanente en los servicios de salud, en los centros comunitarios, en las escuelas y puntos de reunión de los jóvenes.
El programa “Cuídate” es uno más de los esfuerzos que se llevan a cabo en la UANL para la prevención, concientización y combate de enfermedades mortales.
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