Un estudio estadounidense asocia la presencia de albumina en la orina con un mayor riesgo de muerte
Juanse Hernández
GTT
Según un estudio publicado en la edición del 1 de septiembre del Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes, la microalbuminuria (pequeñas elevaciones de una proteína llamada albúmina en la orina) se asocia con un riesgo mucho más elevado de muerte en mujeres con VIH. Además, en el mismo trabajo, la proteinuria -la presencia de cualquier proteína en la orina- también se relacionó con un incremento de la mortalidad en esta población de pacientes.
Los riñones desempeñan un papel crucial a la hora de filtrar toxinas procedentes del torrente sanguíneo dejando las proteínas sanguíneas y otros componentes que el cuerpo necesita para mantenerse sano. En ocasiones, cuando el riñón está dañado, las proteínas sanguíneas pueden pasar a la orina. A las personas que padecen enfermedades crónicas, como por ejemplo VIH y hepatitis, se les realizan de forma regular análisis de orina para detectar la presencia de proteínas sanguíneas (o proteinuria).
La albumina es una proteína sanguínea producida en el hígado que pueda llegar a la orina. Su presencia es un indicador de daño renal, cardiovascular y un marcador de daño del endotelio vascular por lo que la detección precoz de pequeños incrementos (microalbuminuria), por encima de los valores normales, constituye un diagnostico precoz del daño renal. En la población general, la microalbuminuria se ha asociado de forma clara con un incremento de muerte prematura. Aunque en personas con VIH se han observado tasas elevadas de esta afección, los investigadores nunca habían explorado si tales porcentajes se asocian con un aumento del riesgo de muerte.
Con el fin de arrojar algo más de luz sobre esta cuestión, un grupo de investigadores estadounidenses evaluaron los resultados de 2 análisis de orina de un grupo de 1.547 mujeres con VIH del Estudio Interagencias sobre VIH en Mujeres [WIHS, en sus siglas en inglés], que fueron incluidas en el análisis si disponían de 2 muestras de orina consecutivas elegibles.
Las muestras fueron analizadas para detectar la presencia de proteinuria y microalbuminuria. Se clasificó a las participantes como pacientes con ‘proteinuria confirmada’ si tenían esta afección en la visita basal y en la consecutiva; pacientes con ‘microalbuminuria confirmada’ si tenían tal condición en las dos visitas del estudio o si tenían microalbuminuria en una visita y proteinuria en otra; pacientes con ‘albuminuria no confirmada’ si tenían microalbuminuria o proteinuria en una única visita del estudio; y sin microalbuminuria si no se había detectado la presencia de albumina en ninguna de las dos visitas.
De las 1.547 mujeres con VIH incluidas en el estudio, 57 tenían proteinuria confirmada; 64, microalbuminuria confirmada; 165, albuminuria no confirmada; y 1.261 no tenían microalbuminuria. Los investigadores observaron que las características demográficas de las participantes difirieron dependiendo de la presencia o no de la proteína. En este sentido, las mujeres que no tenían microalbuminuria eran más jóvenes que las participantes clasificadas en los otros grupos, tenían más probabilidades de ser blancas y eran menos propensas a tener diabetes, presión sanguínea alta o coinfección por el virus de la hepatitis B (VHB).
Durante un período de seguimiento de 2,1 años, se produjeron 135 muertes, de las cuales 97 estuvieron asociadas a sida. Los investigadores hallaron que la presencia de proteínas en la orina fue un factor altamente predictivo de muerte: en comparación con las mujeres sin microalbuminuria, las mujeres con albuminuria no confirmada tuvieron 3,4 veces más probabilidades y las participantes microalbuminuria confirmada tuvieron 3,9 veces más probabilidades de fallecer de forma prematura. Las participantes con más probabilidades de morir (5,9 veces) fueron las mujeres con proteinuria confirmada.
Aunque estas cifras descendieron cuando los investigadores tuvieron en consideración otros factores como la raza, el recuento de CD4 y enfermedades previas asociadas a sida, la tasa incrementada de muerte siguió siendo dos veces más elevadas en mujeres con albuminuria no confirmada y microalbuminuria confirmada y casi tres veces más en las participantes con proteinuria confirmada. En el análisis, los investigadores observaron que la presión sanguínea sistólica se asoció claramente con microalbuminuria, pero no otros factores, como por ejemplo si la persona estaba tomando o no tratamiento antirretroviral.
Entre las limitaciones de este estudio, los autores señalan el hecho de que WIHS sólo incluya a mujeres (la mayoría de las cuales fueron inscritas antes de la llegada de la terapia antirretroviral de gran actividad [TARGA]), lo que dificulta extrapolar los resultados al conjunto de la población con VIH. Por otro lado, dado que la mayoría de las muertes fueron asociadas a sida, según los expertos, resultó difícil discernir la contribución específica de la microalbuminuria y determinar la causa de esta afección. Sin embargo, consideran que detectar la presencia de microalbuminuria podría ayudar a predecir qué personas con VIH tienen un riesgo mayor de muerte prematura, y podría ser un marcador de alerta precoz de enfermedad cardiovascular.
“Futuros estudios deberían investigar si la microalbuminuria se asocia con mortalidad en otras poblaciones con VIH y si su detección es un enfoque coste-efectivo para identificar a pacientes que podrían beneficiarse de una intervención precoz”.
Fuente: Aidsmeds
Referencia: Wyatt, CM, Hoover DR, Shi Q et al. Microalbuminuria is Associated with All-Cause and AIDS Mortality in Women With HIV Infection. J Acquir Immune Defic Syndr. Volume 55, Number 1, September 1, 2010. 73-77.
Juanse Hernández
GTT
Según un estudio publicado en la edición del 1 de septiembre del Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes, la microalbuminuria (pequeñas elevaciones de una proteína llamada albúmina en la orina) se asocia con un riesgo mucho más elevado de muerte en mujeres con VIH. Además, en el mismo trabajo, la proteinuria -la presencia de cualquier proteína en la orina- también se relacionó con un incremento de la mortalidad en esta población de pacientes.
Los riñones desempeñan un papel crucial a la hora de filtrar toxinas procedentes del torrente sanguíneo dejando las proteínas sanguíneas y otros componentes que el cuerpo necesita para mantenerse sano. En ocasiones, cuando el riñón está dañado, las proteínas sanguíneas pueden pasar a la orina. A las personas que padecen enfermedades crónicas, como por ejemplo VIH y hepatitis, se les realizan de forma regular análisis de orina para detectar la presencia de proteínas sanguíneas (o proteinuria).
La albumina es una proteína sanguínea producida en el hígado que pueda llegar a la orina. Su presencia es un indicador de daño renal, cardiovascular y un marcador de daño del endotelio vascular por lo que la detección precoz de pequeños incrementos (microalbuminuria), por encima de los valores normales, constituye un diagnostico precoz del daño renal. En la población general, la microalbuminuria se ha asociado de forma clara con un incremento de muerte prematura. Aunque en personas con VIH se han observado tasas elevadas de esta afección, los investigadores nunca habían explorado si tales porcentajes se asocian con un aumento del riesgo de muerte.
Con el fin de arrojar algo más de luz sobre esta cuestión, un grupo de investigadores estadounidenses evaluaron los resultados de 2 análisis de orina de un grupo de 1.547 mujeres con VIH del Estudio Interagencias sobre VIH en Mujeres [WIHS, en sus siglas en inglés], que fueron incluidas en el análisis si disponían de 2 muestras de orina consecutivas elegibles.
Las muestras fueron analizadas para detectar la presencia de proteinuria y microalbuminuria. Se clasificó a las participantes como pacientes con ‘proteinuria confirmada’ si tenían esta afección en la visita basal y en la consecutiva; pacientes con ‘microalbuminuria confirmada’ si tenían tal condición en las dos visitas del estudio o si tenían microalbuminuria en una visita y proteinuria en otra; pacientes con ‘albuminuria no confirmada’ si tenían microalbuminuria o proteinuria en una única visita del estudio; y sin microalbuminuria si no se había detectado la presencia de albumina en ninguna de las dos visitas.
De las 1.547 mujeres con VIH incluidas en el estudio, 57 tenían proteinuria confirmada; 64, microalbuminuria confirmada; 165, albuminuria no confirmada; y 1.261 no tenían microalbuminuria. Los investigadores observaron que las características demográficas de las participantes difirieron dependiendo de la presencia o no de la proteína. En este sentido, las mujeres que no tenían microalbuminuria eran más jóvenes que las participantes clasificadas en los otros grupos, tenían más probabilidades de ser blancas y eran menos propensas a tener diabetes, presión sanguínea alta o coinfección por el virus de la hepatitis B (VHB).
Durante un período de seguimiento de 2,1 años, se produjeron 135 muertes, de las cuales 97 estuvieron asociadas a sida. Los investigadores hallaron que la presencia de proteínas en la orina fue un factor altamente predictivo de muerte: en comparación con las mujeres sin microalbuminuria, las mujeres con albuminuria no confirmada tuvieron 3,4 veces más probabilidades y las participantes microalbuminuria confirmada tuvieron 3,9 veces más probabilidades de fallecer de forma prematura. Las participantes con más probabilidades de morir (5,9 veces) fueron las mujeres con proteinuria confirmada.
Aunque estas cifras descendieron cuando los investigadores tuvieron en consideración otros factores como la raza, el recuento de CD4 y enfermedades previas asociadas a sida, la tasa incrementada de muerte siguió siendo dos veces más elevadas en mujeres con albuminuria no confirmada y microalbuminuria confirmada y casi tres veces más en las participantes con proteinuria confirmada. En el análisis, los investigadores observaron que la presión sanguínea sistólica se asoció claramente con microalbuminuria, pero no otros factores, como por ejemplo si la persona estaba tomando o no tratamiento antirretroviral.
Entre las limitaciones de este estudio, los autores señalan el hecho de que WIHS sólo incluya a mujeres (la mayoría de las cuales fueron inscritas antes de la llegada de la terapia antirretroviral de gran actividad [TARGA]), lo que dificulta extrapolar los resultados al conjunto de la población con VIH. Por otro lado, dado que la mayoría de las muertes fueron asociadas a sida, según los expertos, resultó difícil discernir la contribución específica de la microalbuminuria y determinar la causa de esta afección. Sin embargo, consideran que detectar la presencia de microalbuminuria podría ayudar a predecir qué personas con VIH tienen un riesgo mayor de muerte prematura, y podría ser un marcador de alerta precoz de enfermedad cardiovascular.
“Futuros estudios deberían investigar si la microalbuminuria se asocia con mortalidad en otras poblaciones con VIH y si su detección es un enfoque coste-efectivo para identificar a pacientes que podrían beneficiarse de una intervención precoz”.
Fuente: Aidsmeds
Referencia: Wyatt, CM, Hoover DR, Shi Q et al. Microalbuminuria is Associated with All-Cause and AIDS Mortality in Women With HIV Infection. J Acquir Immune Defic Syndr. Volume 55, Number 1, September 1, 2010. 73-77.
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