La milicia radical islámica de Al Shabab ha pedido a los enfermos de sida, a los que considera "sin futuro", que lleven a cabo atentados suicidas para derrocar al Gobierno Transitorio de Mogadiscio, convertida en una ciudad fantasma tras 25 días de incesantes combates.
EFE
La milicia radical islámica de Al Shabab ha pedido a los enfermos de sida, a los que considera "sin futuro", que lleven a cabo atentados suicidas para derrocar al Gobierno Transitorio de Mogadiscio, convertida en una ciudad fantasma tras 25 días de incesantes combates.
En un mensaje difundido hoy por su página web, un dirigente no identificado de Al Shabab, organización vinculada a Al Qaeda, señala: "Vosotros, las víctimas del sida, no tenéis futuro y esperáis la muerte. Sois prisioneros condenados en la celda de la muerte".
Por este motivo, el dirigente radical islámico les insta a "usar vuestro tiempo y venir con nosotros, que os prepararemos para llevar a cabo ataques suicidas" contra el Gobierno Transitorio Somalí y las tropas de la Unión Africana que lo apoyan.
"Alcanzaréis el Paraíso, obtendréis la bendición de Dios y moriréis con honor", afirma el portavoz de Al Shabab, organización que, con el respaldo de cientos de combatientes extranjeros ligados a Al Qaeda lucha para derrocar al Gobierno Federal Transitorio y crear en Somalia un estado musulmán radical de corte wahabí.
Los últimos 25 días de ofensiva ininterrumpida de Al Shabab en Mogadiscio ha ocasionado al menos 240 muertos y unos 500 heridos, ha provocado la huida de decenas de miles de personas y dejado las calles de la ciudad prácticamente desiertas, dijeron hoy a Efe fuentes asistenciales.
Al Shabab ha denominado a esta ofensiva "El fin de los invasores", ya que va dirigida en especial contra las tropas de la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM), que sostienen al Gobierno Federal Transitorio del presidente Sharif Sheikh Ahmed, apoyado por la comunidad internacional.
Para reforzar su ofensiva, el anónimo dirigente de Al Shabab reclama en su mensaje por internet a los hombres útiles, de 14 a 60 años, que dejen de huir de la ciudad y se unan a las milicias rebeldes.
"Todos los hombres útiles son llamados a participar en la yihad (guerra santa islámica). A todo el que se le encuentre huyendo se le traerá de regreso y se le entrenará para tomar las armas contra los cruzados ugandeses y burundeses", señala el portavoz radical, en referencia a los soldados de los dos países que forman las tropas de AMISOM.
Ali Musa Mohamud, director del Sistema Voluntario de Ambulancias de Mogadiscio, dijo hoy a Efe que en los últimos días, las víctimas civiles ha sido muchas menos, ya que casi toda la población de la zona nororiental de la ciudad, donde se han registrado los combates, se ha desplazado hacia las afueras y dejado el área desierta.
Casi toda la población de los distritos de Bondhere, Abdilaziz y Shibis han dejado sus hogares y huido hacia las afueras, dijo Mohamud: "Los que mueren son casi todos gente que toma parte en la lucha y las bajas civiles se han reducido, porque el 99 por ciento de los habitantes se han visto desplazados por la guerra".
En los últimos 25 días, según precisó Mohamud, "el número de muertos por los combates ha ascendido a 242, incluidos ocho fallecidos desde la pasada noche, y la cifra de heridos supera los 500".
Por su parte, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), señaló ayer que la situación en Mogadiscio, sumida en el caos tras 19 años de guerra civil, se ha deteriorado aún más y 23.000 personas han abandonado la capital somalí en las últimas semanas.
Melissa Fleming, portavoz de la ACNUR, dijo en Ginebra que más de 200.000 personas han abandonado Mogadiscio desde principios de este año y que, hasta ayer, los muertos en la ciudad por la violencia de las últimas semanas eran al menos 230 y los heridos 400.
Los somalíes llegados a los países vecinos en lo que va de año son ya casi 68.000, con lo que ascienden a 614.000 el número de refugiados originarios de Somalia en el mundo, la cifra más alta después de Afganistán e Irak, apostilló Fleming.
Mientras tanto, en el seno del Gobierno Federal Transitorio, que no tiene ningún control sobre el territorio, ha surgido un conflicto político entre el presidente Ahmed y el primer ministro, Omar Abdirashi Sharmaarke, que discuten los términos de una nueva Constitución para Somalia.
Desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, Somalia vive en el caos, sin un Gobierno efectivo y con su territorio dividido y controlado por señores de la guerra que encabezan milicias tribales, grupos islámicos e incluso grupos de bandidos.
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