Científicos uruguayos crearon piel sintética para el tratamiento de quemados o lesionados a partir de colágeno extraído de tendones bovinos.
Verónica Psetizki
Si bien este tipo de piel artificial ya existe en el mercado, los investigadores lograron desarrollarla a precios más económicos, lo que permitirá su uso en Uruguay, donde hasta ahora es casi inaccesible por su alto costo, e incluso ser exportada a otros países.
"Lo que permite este tejido, que es biodegradable, es que la piel de la persona se empiece a regenerar a medida que el producto es reabsorbido por el organismo", explicó a BBC Mundo Alvaro Mombrú, director del equipo de la Facultad de Química de la Universidad de la República, que trabajó durante cuatro años en la elaboración de la piel sintética.
Mombrú señaló que este tejido tiene varios beneficios: "el aislamiento de la herida, con la consiguiente prevención de infecciones, hasta un mejor resultado estético por el crecimiento organizado de la propia piel".
A base de vacas
Uruguay es uno de los pocos países en el mundo que tiene el estatus de país libre de Encefalitis Espongiforme Bovina, conocido como el Mal de la Vaca Loca. Esta es una condición excluyente para poder utilizar los insumos bovinos requeridos para elaborar el tejido.
"El 95% de la materia prima que se requiere para producir este tipo de tejidos proviene de un producto tradicional uruguayo, como es la vaca, lo que otorga al país una ventaja importante para poder trabajar en esto. Como es una materia prima abundante en Uruguay y no se tiene que importar de países lejanos como Nueva Zelanda, (donde también se fabrica este tipo de piel), ya implica un abaratamiento de costos muy importante", indicó Mombrú.
Por otra parte, el científico destacó que al desarrollar el conocimiento en el país se evita pagar el alto precio de propiedad intelectual.
Hoy en día, un centímetro cuadrado de piel sintética cuesta alrededor de US$220. "Es un poco impredecible decir qué ocurrirá cuando la piel se fabrique a escala, pero creemos que al producir en grandes cantidades podremos llegar a un precio 20, 30, 40 y hasta 50 veces menor", aseguró el investigador.
"Sabemos que hay un requerimiento importante del producto en muchos países y esperamos poder producirlo y exportarlo en un mediano plazo", dijo Mombrú.
¿Qué sigue ahora?
Antes de fabricarlo para uso médico, el equipo de científicos deberá someter el tejido a pruebas clínicas, realizadas por dermatólogos de la Facultad de Medicina, para terminar de afinar detalles.
Una ventaja que tendrá este tipo de piel sobre otras existentes en el mercado es que, a través del uso de la nanotecnología, los científicos prevén encapsular productos activos embebidos en la piel.
De esa forma, cuando la piel sintética comience a ser degradada por el organismo, el producto -ya sea antibióticos, antiinflamatorios o analgésicos- se liberará de forma gradual y tópica, sin necesidad de suministrar grandes dosis.
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